2014

Un extenso curriculum respalda el trabajo de la artista cuyos pinceles han viajado desde China hasta Berlin, París, Buenos Aires, Nueva York y gran parte de la geografía española. Tras geométricas formas de colores planos y texturas, se esconde un trabajo muy elaborado que rompe con el discurso del tradicional grafitti.

 

En su trabajo, Hyuro, no habla de ella… habla con ella. Utiliza la pared como un espejo en el que se busca constantemente y es, en este proceso, que la pintura rescata el eco de esa conversación que mantuvo con ella misma.
 

“Actualmente encuentro sentido en el “hacer”, en desmenuzar el proceso que construye la obra, aunque por supuesto, también me interesa lo que significa. Miro tanto la coherencia en los planteamientos discursivos y conceptuales, como su capacidad de “emocionar”. Ambas cosas en proporciones iguales casi siempre. Cuestiono los consensos, que generalmente exclavizan al artista, suelen generarse en contextos que no son de todos, van definiendo los parámentros estéticos a los que supeditarse, y después no se puede trabajar sin su beneplácito. Valoro la intuición, como forma previa al conocimiento”.
 

Roberto sitúa su obra en la intimidad del estudio en el que el pintor comienza una nueva creación plasmando estos instantes del acto creativo en el que nada está definido, donde empieza la libertad y surgen las ideas, según explica.

“Es ahí donde la inspiración hace que se diluyan los gustos e inquietudes del artista con sus propias necesidades interiores de expresión”, asegura. Un espacio vacío donde musas, amantes, recuerdos, deseos, fantasías y cotidianidad convergen para crear las capas que darán cuerpo a este realismo existencialista que empuja a su autor a preguntarse por su propia identidad y su propio género.

Este action painting toma inspiración de artistas como Francis Bacon, Robert Mapplethorpe, Miquel Barceló, Willem de Kooning, Lucien Freud, Nan Goldin, Yves Klein, Ana Mendieta, Gilbert & George y sobre todo de la obra pictórica de CyTwombly.

 

Esta intervención se enmarca dentro del proyecto “Words Alive”, premiado en la convocatoria de ayudas que promueven los ayuntamientos de Santander y Bilbao: “Tan Cerca 2014”

El artista urbano SpY ha intervenido en Santander una de las fachadas de las naves del polígono industrial de Candina. La fuerza de este creador que como otros artistas visuales -el británico Banksy por ejemplo- prefiere guardar su identidad bajo un pseudónimo, reside en la estética y el mensaje de lo que hace, lo que pinta o construye.

En este caso, y después de haber dejado un puñado de letras e intervenciones artísticas en edificios de todo el mundo: Francia, Suiza, Noruega, Alemania, Polonia, Italia, México, Bélgica, Estados Unidos y España, recala en Santander para plasmar la palabra “EGO” sobre una gran pared blanca. Según el propio SpY, sus obras tratan de ser un paréntesis en la inercia autómata del urbanita.

“Son pellizcos de intención que se esconden en una esquina para quien se quiera dejar sorprender. Cargados a partes iguales de ironía y un humor positivo, aparecen para contagiar una sonrisa, incitar una reflexión, favorecer una conciencia un poco más despierta”, cuenta este artista que se dedica al “street art” desde los años ochenta.